
Nuestra historia comienza allá por el año 2005, donde a pedido de una organización escribimos y presentamos nuestra primera obra: “La Enfermedad”.
Esa comedia, totalmente delirante, duraba apenas 15 minutos. Sin embargo, en la primera función sentimos que esos quince minutos eran larguísimos.
Muchos nervios, muchas expectativas, pero por sobre todas las cosas mucha emoción. Y lo hicimos. Salimos a escena.
Y fue allí cuando nos dimos cuenta que ese maravilloso grupo debía continuar y un 14 de septiembre decidimos formar el grupo de teatro.
Reescribimos la obra y presentamos con mucho esfuerzo una obra mas larga, con mejor puesta y nuevos personajes en distintos lugares de Del Viso y Capital Federal.
Fuimos sumando gente, ideas, pelucas y zapatos! Vivimos aventuras espectaculares en callejones, subtes y trenes. Conocimos gente tan loca como nosotros que nos apoyaron y nos dieron una mano para que siguiéramos adelante. Y también otros, que nos tiraron mala onda y quisieron parar nuestros delirios. Pero por suerte, lo que tenemos de locos también lo tenemos de cabeza dura y continuamos.
Creemos que el teatro es un espacio buenísimo para liberar tensiones, expresarnos, aprender, conocernos y divertirnos.
Por eso, el teatro es nuestro primer y gran amor.
Hasta el momento solo hemos realizado obras de nuestra autoría, lo que nos permitió poder poner en escena esos pequeños delirios surgidos en tardes y noches de guitarra y mate.
No es un grupo fijo. Algunos están desde siempre, otros enfilaron por otros rumbos, otros se perdieron en el camino, otros vieron luz y entraron. Otros vieron mate y biscochitos y se quedaron. Los hay tan locos que se sumaron. Y están los que se toman un tiempo de vez en cuando, mientras que otros no paran ni en navidad. Están los que vienen puntuales a los ensayos y los colgados que se olvidan los libretos en el colectivo. Los atorrantes que no dudan un instante en ponerse una peluca y unos tacos y los tímidos que se cambian bajo siete llaves en el baño. Los que les gusta el drama, los que les gusta la comedia y los que les gusta llorar y reír al mismo tiempo. También están los adolescentes rebeldes y los que no se cuecen en el primer hervor. Los que sueñan con el teatro y los que teatralizan los sueños. Los que no duermen por volantear y pegar afiches y los que duermen por los que salen. Los expertos en maquillajes y los que en otra vida fueron payasos. Los hábiles con las manualidades y los que se llevaron “collage con fideos” a marzo. También están los que estudian todo el día, los que trabajan todo el día y los que tocan la guitarra todo el día. Los que usan el teatro para levantarse minas y los que hacen exactamente lo mismo.
Por eso, podemos decir con orgullo que no somos actores interpretando personajes, si no que:
“somos personajes que juegan a ser actores”
Y seguimos siendo un pequeño grupo de locos que encontraron en el teatro una excusa para juntarse a dejarse llevar por esas infinitas historias y personajes que pueden surgir de nuestra imaginación.
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